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Los hijos de Job tomaban turno para hacer banquetes en la casa de cada uno de ellos, a los cuales invitaban a sus tres hermanas para comer y beber con ellos. Al terminar cada ronda de banquetes, Job les mandaba instrucciones a sus hijos para que se purificaran, y levantándose de madrugada ofrecía un sacrificio que debe quemarse completamente por cada uno de sus hijos, pues Job pensaba que tal vez sus hijos pudieran haber pecado y maldecido[a] a Dios con su pensamiento.

Entonces llegó el día en que los seres celestiales[b] se presentaron ante el SEÑOR, incluso Satanás[c] estaba allí con ellos.

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Footnotes

  1. 1:5 maldecido Textualmente bendecido. Los copistas tenían miedo de escribir expresiones como «maldecir a Dios», así que colocaban bendecir confiando en que por el contexto el lector supiera que en realidad se trataba de maldecir.
  2. 1:6 seres celestiales Textualmente hijos de Dios. Expresión generalmente usada en el Antiguo Testamento para referirse a los ángeles. Igual en 2:1.
  3. 1:6 Satanás Textualmente El Acusador, no es un nombre propio sino un título.